Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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100432
Legislatura: 1901
Sesión: 16 de Julio de 1901
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 30, 374-375
Tema: Venta del dique de la Habana

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene V. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Las ocupaciones mías en la otra Cámara me impidieron presenciar la sesión de ayer en el Senado, y lo mismo ocurrió a algunos de mis dignos compañeros, a quienes sus ocupaciones en el Congreso les llamaron allí. De haber estado aquí, hubiera tenido cumplida contestación la pregunta que hizo nuestro digo compañero el Sr. Duque de Veragua.

El Gobierno de S. M. hace suya la conducta del Sr. Ministro de Marina, y la hace suya porque la considera noble, patriótica y verdaderamente defensora de los intereses del Estado.

Ha sucedido en esto del dique de la Habana una cosa singular, pero que al Gobierno no le podía pasar desapercibida. Se han hecho muchas proposiciones por Compañías de los Estados Unidos, pero ninguna ha tenido realidad.

Había una proposición de una casa española, y en seguida venía otra mejor de los Estados Unidos, y cuando se prescindía de la proposición de la casa española para aceptar la de los Estados Unidos, que parecía más favorable a los intereses de España, entonces aquella proposición desaparecía; y así, una y otra vez, hasta el punto de que el Gobierno se convenció de que lo que se quería era que el dique de la Habana se quedara allí en propiedad de una casa de Estados Unidos y que no viniera a España, pero que se quedara allí. ¿Cómo? Por lo que quisieran dar, porque al mismo tiempo se trabajaba para que el dique de la Habana fuera sacado de aquella bahía, pues el Gobierno de los Estados Unidos había señalado un plazo para que el dique desapareciera de aquellas aguas. Resultado: que no habiendo proposición alguna española, y no habiendo más que alguna de los Estados Unidos que no había de tener realidad, y empujado el Gobierno español para sacar el dique de la Habana, hubiera tenido éste necesidad de entregar dicho dique a una casa extranjera por lo que por él le quisieran dar, y el Gobierno no quiso ser juguete de ninguna Sociedad de los Estados Unidos. (Bien, muy bien.)

Como esta es la verdad y esa proposición que se suponía mejor no hubiera tenido realidad, como no la tuvieron las anteriores, y había alguna mejor que esa; y como además el Sr. Ministro de Marina ha procedido, como procede en todo, noble y caballerosamente, y ha procedido con patriotismo, pido al Senado que rechace esta proposición, por innecesaria y por ofensiva a una de las personas más dignas de este país. (Muy bien, muy bien, en la mayoría.)



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